Arte de la Indestructibilidad
Esta práctica nace de una experiencia personal que me volvió del revés cambiando por completo mi manera de mirar al otro y a mi misma. Utiliza los mecanismos de la queja, la crítica y la condena como puntos de partida para abrir el corazón.
Es una forma sencilla y poderosa de darnos cuenta de puntos ciegos que no nos permiten abrazar lo complejo de la Humanidad que somos para aprender a amar. Cuanta más complejidad somos capaces de abrazar de corazón, más peso específico adquirimos.
Para mí, cuanto más peso específico habitas (que nada tiene que ver con la importancia personal) mayor libertad para ser y expresar la singularidad que te conforma. En este proceso, y a lo largo de la práctica, la mirada al otro se torna curiosa y agradecida a su presencia. Al mismo tiempo, el punto de referencia queda más en el interior de uno mismo, en la sensación resultante de esa capacidad de abrazo que voy ampliando y expandiendo más allá de mi.
Con la práctica esto contribuye a una mayor capacidad de acertar en la respuesta adecuada a cada situación. También notarás un aumento en la capacidad de amar al otro sabiamente. Quiere decir que podrás darle lo más adecuado en cada momento, atendiendo, no tanto a lo que demanda, sino a lo que comprendes que necesita.
Materiales: ropa cómoda, zafu, esterilla, mantita, material para anotar.
Luchy López
Luchy López camina junto a las personas en el desarrollo de una experiencia de vida más consciente y plena. Su entrenamiento y trabajo personal se apoya en la psicología contemplativa, el trabajo corporal consciente y la expresión danzada.
Luchy llega al “darse cuenta” a través de un cáncer a la edad de 27 años. En aquel momento la medicina alopática proponía un tratamiento muy agresivo. Buscó otra vía de sanación adentrándose en un encuadre diferente lleno de sensibilidad y vitalidad cuyo final fue la desaparición del cáncer y un embarazo gemelar que sumaba dos hijas a la que ya tenía. A partir de ahí su pasión durante 20 años ha sido ir a la esencia de aquello que le devolvió al estado de salud y compartir con otras personas lo que ha ido sirviéndole en el camino hacia el gozo y la sensación de plenitud de Vida.
Luchy lleva trabajando con grupos y en sesiones individuales 25 años. Ha ido integrando en su trabajo aquello que incide en su propio desarrollo permitiendo un entrelazamiento “vivo” de sus intereses, sus propósitos y su actividad profesional. Practica una visión integral y sin compartimentar de todo cuanto acontece. El día a día es experimentado bajo el paraguas de su entrenamiento y ésta es la actitud que propone a quien acude a su encuentro.
En los últimos años su recorrido personal y profesional han desembocado en unas bases sencillas que comparte en los diferentes formatos de acompañamiento y exploración que ofrece, lo que llama FlowDynamics.